Chichen Itza:
Chichén Itzá es uno de los principales sitios arqueológicos vestigio de una de las civilizaciones prehispánicas más importantes: la cultura Maya. Se localiza en: 20°40′53.7″N, 88°34′0.6″O y su nombre significa: (< maya Chich'en [Orilla del pozo] < maya Itzá [Brujo de agua]) "En la orilla del Pozo del Brujo de agua" [1] o bien Chichén Itzá (<Huasteco Ch'iich'en [en estado/apariencia de pájaro] <Huasteco Itzam' [Serpiente]) Serpiente Emplumada [2] es el nombre del que fue uno de los principales asentamientos de los mayas durante el período Posclásico en la Península de Yucatán. Se localiza al sureste de Mérida, capital del estado mexicano de Yucatán.
Hacia el final del Clásico tardío (siglo IX ), Chichén se convirtió en uno de los más importantes centros políticos de las tierras bajas del Mayab. Para el principio del Posclásico, la ciudad se había consolidado como principal centro de poder en la península yucateca. Las edificaciones de Chichén Itzá muestran un gran número de elementos arquitectónicos e iconográficos que algunos historiadores han querido llamar mexicanizados[3] mezclados con reminicencias del estilo Puuc de la arquitectura clásica maya. La presencia de estos elementos procedentes de las culturas del Altiplano Central fueron concebidas hasta hace algunos años como producto de una migración masiva o conquista de la ciudad maya por parte de grupos toltecas. Sin embargo, estudios más recientes[4] sugieren que pudieron haber sido la expresión cultural de un sistema político muy extendido y prestigioso durante el Posclásico temprano en toda Mesoamérica.
De acuerdo con la evidencia disponible, es posible que muchas de las construcciones principales de la ciudad fueran incendiadas hacia el final del siglo XIII. Por lo tanto, se puede decir que el declive de Chichén Itzá se dio en un contexto de violencia, que conllevó a la pérdida de la hegemonía en el Mayab. A partir del declive de Chichén Itzá, Mayapán se convirtió en el líder de la confederación que lleva su nombre.
El yacimiento arqueológico de Chichén Itzá es patrimonio de la nación mexicana y propiedad de la Federación. El mantenimiento de los monumentos y la administración de la zona son facultad del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). A pesar de ello, los terrenos que ocupa la zona arqueológica son propiedad privada, como muchos de los monumentos considerados patrimonio nacional en México.[5]
Hacia el final del Clásico tardío (siglo IX ), Chichén se convirtió en uno de los más importantes centros políticos de las tierras bajas del Mayab. Para el principio del Posclásico, la ciudad se había consolidado como principal centro de poder en la península yucateca. Las edificaciones de Chichén Itzá muestran un gran número de elementos arquitectónicos e iconográficos que algunos historiadores han querido llamar mexicanizados[3] mezclados con reminicencias del estilo Puuc de la arquitectura clásica maya. La presencia de estos elementos procedentes de las culturas del Altiplano Central fueron concebidas hasta hace algunos años como producto de una migración masiva o conquista de la ciudad maya por parte de grupos toltecas. Sin embargo, estudios más recientes[4] sugieren que pudieron haber sido la expresión cultural de un sistema político muy extendido y prestigioso durante el Posclásico temprano en toda Mesoamérica.
De acuerdo con la evidencia disponible, es posible que muchas de las construcciones principales de la ciudad fueran incendiadas hacia el final del siglo XIII. Por lo tanto, se puede decir que el declive de Chichén Itzá se dio en un contexto de violencia, que conllevó a la pérdida de la hegemonía en el Mayab. A partir del declive de Chichén Itzá, Mayapán se convirtió en el líder de la confederación que lleva su nombre.
El yacimiento arqueológico de Chichén Itzá es patrimonio de la nación mexicana y propiedad de la Federación. El mantenimiento de los monumentos y la administración de la zona son facultad del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). A pesar de ello, los terrenos que ocupa la zona arqueológica son propiedad privada, como muchos de los monumentos considerados patrimonio nacional en México.[5]

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